He aquí mi persona humana:
Cuando mi esposa y yo decidimos irnos a vivir juntos nos compramos un piso que al haber estado alquilado durante años a estudiantes necesitaba algo de obra, poca cosa, tirar la mitad de los tabiques, quitar el baño y ponerlo en otro sitio, cambiar la cocina destruyendo la antigua con dinamita de lo fea que era, toda la electricidad, eliminar las tuberías de plomo de los desagües y toda la fontanería en general, cambiar varias puertas, todas las ventanas...bah, casi ná...con toda esa marabunta de gastos y trabajos a los que dediqué mi sudor, mi sangre a veces, nuestro dinero, el sudor de mi mujer, la sangre de uno de mis hermanos y la paciencia de un amigo, que como buen amigo nunca se quedó sin ella, se nos ocurrió indultar un par de puertas y a un par de vecinos. Nos arrepentimos de ambas, claro ( ya os contaré la historia de mi vecino y de porqué vendió su coche)...de las dos puertas una sólo necesitaba un arreglillo, pero la otra tenía una impresionante obra de arte. Eran unos dos mil poemas guarros que harían sonrojar al escritor, dibujante y pensador del kamasutra, algunos con dibujitos, por si la cosa no quedaba clara con el texto, pero la puerta en si no estaba mal, así que decidí lijarla. Me compré una magnífica lija manual, me acerqué a la puerta, me despedí de la oda al kamasutra y lijé. Lijé y lijé hasta dejarme la piel, pero no cejé en mi empeño. Dos horas lijando, tres lijas gastadas y la impresionante hazaña conseguida....unos cinco centímetros cuadrados lijados...y encima malamente, porque aún se podían leer unas cuantas palabrotas....Maldije lo escrito, maldije lo por escribir...y me tomé un cubata....y de vuelta a la tarea. El resto de la tarde sucumbió a la noche dejando dos centímetros cuadrados más casi libres de poemas...y dos centímetros cuadrados de voluntad total en mi persona....Y entonces la ví...allí estaba...en el anuncio de la tele...tan rojita, tan pequeñita, tan potente..uff, debía ser mía costara lo que costara...la ratona de black&decker... que digo yo, por hablar de otra cosa, si casi to lo de esa marca es naranja...¿pa que le ponen black&decker?...así que al dia siguiente fui a por una. Me daba igual su precio, sólo la quería a ella, aunque si os interesa me costó unos cuarenta euros, no lo recuerdo bien, que fue hace cuatro o cinco años y mi memoria es débil cual lija manual frente a la puerta. La saqué de su caja e hice lo que cualquier hombre de bien haría...no leer las instrucciones y pelearme conl la hoja de lija pa conseguir ponerla...para el que no lo sepa, lo blandito se pone hacia la lijadora y lo rugoso se pone hacia fuera de lo contrario no se queda pegada, y de quedarse no lija...tras esto la enchufé a la corriente y me dirigí a la puerta. Esta tembló al verme llegar, sus imaginarios ojos se abrieron de par en par y el dulce sonido de la ratona fue acabando verso a verso con los poemas cochinos y su métrica mala, las letras saltaban al vacío huyendo de la lijadora que comía y comía palabras sin cesar dejando todo limpio a su paso. La potencia sin control dicen que no es nada...y tienen razón, además de lijar las palabrotas y poemas lijó la pintura y parte del chapado de la puerta y no creo que fuera por mi hercúlea fuerza....pero bueno, una mañana lijando, y una tarde pintando y un par de cubatitas dejaron una puerta de dormitorio....¿cómo decirlo? pues mu bien lijada, pero mal pintada y que no encajaba en el quicio, porque la ratona lija, y lo hace bien, pero no pinta ni me da habilidad....que triste, quill@s...por lo demás deciros que pesa muy poco, consume poco y es muy manejable, incluso para un tio torpe como yo.. viene con una caja compacta para guardarla y un manual de instrucciones que perdí, pero no me importa porque no lo uso...ni para leerlo ni para lijarlo...ea....
Por cierto, al final hasta eché de menos los poemas cochinos..lo que es el ser humano, hijos mioss...