30 nov 2010

¿ Porqué me gusta más Bruce Lee que Akira kurosawa o yoquesé?

Pues por muchas razones, una de ellas es que las de Bruce lee, pese a todo, las entiendo. Un quillo va por ahí la mar de tranquilo, le tocan las bolas de distintas maneras, se enfada, se quita la camiseta y reparte ostias a tutiplén, él gana, los demás pierden, fin. Puede que vista una vista todas, pero piensa en ese día que te sientas en el sofá sin ganitas de ná, has encendido la tele con la mano arreándole al botón que está pegado al televisor, y te das cuenta de que el mando está lejos. Lo que echan por el canal que cualquiera sabe quién ha dejado es una peli del Lee y pa colmo ya está empezada. La de disgusto que te ahorras, porque para empezar te la sopla lo que haya pasado, le habrán tocado la fibra sensible en algún momento anterior, veras un montón de chinos que te parecerán todos iguales, excepto uno que va sin camiseta, ese es Bruce Lee, y si hay más de uno sin camiseta Bruce es el que grita como un mono tití al que le han pisado el rabo....y después la cola, si hay más de uno que grita así, entonces Bruce es el que gana. Simple, directo y sin sorpresas. No hace falta levantarse a por el mando.

Las del kurosawa, por ejemplo Ran, gran peli según los entendidos, son un tostón equiparables a lo que el viento se llevó, pero con todos los personajes iguales unos a otros, imposibles de distinguir, todos los tios iguales entre ellos, todas las tias iguales entre ellas, o la gran y vitoreada 2001 odisea de como aburrir a un quillo hasta hacerle levantar a por el mando o incluso ver a la gallina caponata antes que ese esperpento. Mucho premio, pero más aburrías que una carrera de tortugas reumáticas jubiladas, así tengan camiseta o no.

Esta peli de la que os hablo, Ran, es toda una alegoría de como un espectador distraído puede llevarse de golpe y porrazo el aburrimiento y desconcierto equivalente a dos ciudadanos Kane, o una Elizabeth, la reina virgen....e incluso podríamos aburrirnos casi tanto como viendo Siete mil años en el Tibet, de Brad Pitt.

En mi haber, tres intentos de verla, en el haber de Kurosawa, conseguir que no sea capaz de enterarme de nada porque todos los personajes son como gotas de agua. Por lo que se ve, cada personaje tiene un color que lo define, pero la mayoría de las veces están vestidos de samurais, con una calva horrible, un peto de cuero y cara de haber recibido una carta de hacienda insultando a otro tio vestido de igual manera, con la misma calva y el mismo careto....justo cuando pensaba que estaba empezando a distinguir a los personajes me dice mi mujer, que estaba viendo ella to la peli entusiasmada que no, que no eran dos personajes distintos sino el padre que se había vuelto loco y hablaba consigo mismo ....pabernos matao....si por lo menos el padre se quitara la camiseta o gritara como cuando se depila a la cera un hombre poco valiente, lo podría distinguir.....copón....

1 comentario:

  1. Pues chaval, como te pongas a ver la de Deseando Amar, que hay escenas que son completamente identicas, pero sabes que son dias diferentes porque ella tiene un vestido diferente, ya es que lo flipas en colores. O por ejemplo, la balada de Narayama, oso de oro de Berlín, pero leeeeeeeeeenta que no veas.

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