Si pensabais que este post iba a tratar sobre la cultura egipcia, las momias, algún faraón o Cleopatra es que aún no me conocéis, este post va sobre cómo me desperté en Egipto dos días seguidos...yo y los que estaban a cien metros a la redonda de nuestro camarote en mi viaje de bodas....
Os cuento, la música de los móviles me aburre sobre manera, así que un día conecté la grabadora del móvil, me encerré en er coche y grité como si acabaran de depilarme con cera caliente medio metro cuadrado de piel peluda virgen de mi culito, entrepierna y genitales....güevos, para los que seáis mas finos...de un tirón despacito, el resultado era un atronador y horrendo grito que sonaba a volumen XXL y que acojonaba a todo ser vivo que lo escuchaba.
Con éste móvil me fui de viaje de novios, un viaje de ensueño plagado anécdotas, pero no las compartiré todas con vosotros porque me caeis mal....o bien...¿qué mas da?....os quedaréis sin saberlas....sólo os contaré esta:
El primer día nos dice el guía que tenemos que levantarnos a las cinco de la mañana pa ver dos pedrolos grandes que tiempo ha silbaban o nosequé...así que puse el móvil como despertador a pesar de que Tarek ( el guia) prometió llamar al teléfono del camarote y como llamó antes de que me sonara, paré la alarma en cuanto vibró el móvil...fue un día cojonudo, lo malo es que el celular dentro de la mochila se lió a apagarse y encenderse sólo y como no acertó a enchufarse el pin correcto se bloqueó...consecuencia: no pude entrar a las funciones del teléfono porque el puk no se lo sabe ni el señor nokia y pensando en nuestras cosas nos fuimos a la camita......a dormir, que las camas (de 80)estaban atornilladas al suelo y la mesita de noche también y nos habíamos levantao mu temprano, que quiere que te diga, quill@....
Y en mitad de lo mejor del sueño el jodío móvil se pone a gritar como si estuvieras apuñalando a un cerdo con el palo de la fregona, yo pegué un salto que por poco no me agarro al techo con las uñas y mi mujer se llevó el susto del siglo....cuando me doy cuenta de lo que pasa empiezo a buscar frenético el teléfono, pero entre la carajera, el sueño, el saber que se está despertando todo el barco, que la mochila estaba debajo de la cama y mi mujer que no paraba de decirme que apagara eso YAAAA, no atinaba ni pa qué....al final se apagó la alarma sola y pudimos dormir....eso sí, con el pum-pum-pum de mi corazón atronando en mis oidos....y la mirada recelosa el resto del viaje de los mozos del barco que seguramente fueron a ver que pasaba con esos españolos locos...
Ahora un hombre sensato hubiera quitado la batería del teléfono para que al día siguiente no se repitiera todo esto....un hombre sensato....pero yo soy un vaso de cerveza sonriente y no un hombre sensato....menos mal que en la luna de miel no se suelen enfadar las parejas...al menos la mía, claro....
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